Mira estos datos1:
- Se calcula que en todo el mundo 448 millones de niños y adolescentes tienen defectos de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo).
- El 40% de los niños que viven con ceguera, es a causa de afecciones oculares que podrían haberse evitado si hubieran tenido acceso a los servicios de cuidado ocular.
- Las principales causas de ceguera y pérdida de visión moderada a grave en niños son los defectos de refracción no corregidos, catarata, retinopatía del prematuro, anomalías oculares congénitas, entre otros.
Algunas enfermedades o padecimientos oculares son más frecuentes en ciertas etapas de la vida, y la niñez no está exenta de ellos. Por suerte, no todos son graves y pueden tratarse de manera sencilla, pero para que esto sea posible es importante detectarlos a tiempo, y mientras más pronto, mejor. Así que, revisa esta revisa esta lista para que conozcas los síntomas y puedas reconocerlos en los niños y niñas que están a tu cuidado.
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Miopía:
Con la miopía, el ojo es más largo de lo normal de adelante hacia atrás, o la córnea es demasiado curva. Esto genera dificultad para ver de lejos. La miopía es muy común, está presente en una de cada dos personas, y es cada vez más común entre los niños. Si bien, no se ha comprobado que existe un vínculo directo, se cree que los niños que pasan más tiempo haciendo actividades que requieren utilizar su visión de cerca, como usar la computadora, leer o jugar videojuegos, tienen tasas más altas de miopía que aquellos que pasan más tiempo al aire libre. Tener miopía puede aumentar las posibilidades de tener problemas visuales más adelante como cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina. Además de la corrección con lentes, existen diferentes tratamientos que buscan retrasar la progresión de la miopía.

Hipermetropía:
Otra condición refractiva que impide que se puedan enfocar bien los objetos que están cerca, y a veces de lejos y de cerca. La hipermetropía es un error refractivo común que provoca dificultad para ver objetos cercanos. En los niños pequeños, una hipermetropía leve es común y a menudo no presenta síntomas ya que generalmente sus ojos pueden compensarla. Sin embargo, cuando la hipermetropía es moderada o alta, puede generar síntomas y puede ser un problema para el desarrollo visual por lo que su detección a tiempo es fundamental. Los lentes suelen ser la solución para este padecimiento.

Astigmatismo:
El astigmatismo es una condición visual que se produce debido a una imperfección en la curvatura de la córnea o el cristalino, provocando visión borrosa o distorsionada a cualquier distancia (cercana o lejana). Existen diferentes opciones para tratar el astigmatismo en niños como el uso de lentes tóricas o en algunos casos, lentes de contacto.

Estrabismo:

Ambliopía (ojo vago o perezoso):
Ocurre cuando la visión, en uno o ambos ojos, no se desarrolla adecuadamente durante la infancia, porque el cerebro del niño ha aprendido a ignorar uno de los ojos. Entre las causas está el estrabismo, errores refractivos (como la miopía o la hipermetropía) o cataratas. El tratamiento se concentra en reforzar el ojo que no se usa, pero si existen otras condiciones como las que ya mencionamos, tal vez también se necesite usar lentes o una cirugía.

Glaucoma congénito:
Es una forma rara de glaucoma que afecta a recién nacidos y niños de corta edad. Gneralmente es hereditaria y se produce por el desarrollo anormal del sistema de drenaje ocular, lo que provoca un aumento de la presión intraocular. Este aumento, puede dañar el nervio óptico y si no se trata, puede causar una pérdida irreversible de la visión. Entre sus síntomas se encuentra la sensibilidad a la luz, lagrimeo, blefaroespasmo (el niño acostumbra a mantener los ojos cerrados), el ojo puede lucir más opaco y más grande de lo normal. El tratamiento es principalmente quirúrgico. El glaucoma no puede corregirse, solo puede controlarse, por lo que se redacta de manera distinta en el comentario anterior.

Conjuntivitis alérgica y conjuntivitis bacteriana:
La primera se presenta durante la primavera y el verano, y es muy común entre la población infantil. Los síntomas pueden confundirse con las alergias estacionales: ojos rojos, lagrimeo, picazón y sensibilidad a la luz. El tratamiento suele ser apartarse del alérgeno que causa las molestias, como el polvo, polen, humo, caspa de animales (como de perros o gatos). En algunos casos también se necesitarán gotas o antihistamínicos. En el caso de la conjuntivitis bacteriana, se distingue de la otra porque produce lagañas espesas y amarillas, dolor en los ojos, hinchazón en los párpados y es muy contagiosa. Se trata con gotas, ungüentos y antibióticos.
La mayoría de estas afecciones son sencillas de detectar y de corregir y, en algunos casos, de prevenir. Por eso es importante estar al pendiente de la salud visual de los niños, ya que un problema de los ojos sin tratar puede llevar a complicaciones a lo largo de su vida, afectando su desarrollo y la integridad de su vista. Agenda una visita al oftalmólogo cada año para revisar sus ojos, para que sigan viendo un mundo mejor.
